LA SAGÜERA QUE PUDO SER REINA
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Como en los cuentos de hadas el profundo amor que sintió el Príncipe de Asturias por esta bella sagüerita la hizo soñar por corto tiempo con esta posibilidad, pero Edelmira no pertenecía a ninguna familia real, requisito que debía cumplirse para no perder los derechos de sucesión al trono*, entonces, a petición de su padre, el Príncipe de Asturias, más enamorado de su princesa que de sus glorias, abdicó a la corona, renunció a sus derechos sucesorios por escrito en Lausana el 11 de Junio de 1933 y de esta forma pudo contraer matrimonio con Doña Edelmira, utilizando desde entonces el título de Conde de Covadonga.
Como en los cuentos de hadas el profundo amor que sintió el Príncipe de Asturias por esta bella sagüerita la hizo soñar por corto tiempo con esta posibilidad, pero Edelmira no pertenecía a ninguna familia real, requisito que debía cumplirse para no perder los derechos de sucesión al trono*, entonces, a petición de su padre, el Príncipe de Asturias, más enamorado de su princesa que de sus glorias, abdicó a la corona, renunció a sus derechos sucesorios por escrito en Lausana el 11 de Junio de 1933 y de esta forma pudo contraer matrimonio con Doña Edelmira, utilizando desde entonces el título de Conde de Covadonga.
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Doña Edelmira Ignacia Adriana Sampedro y Robato nació en Sagua la Grande, el 15 de Marzo de 1906 y murió en Coral Gables, Florida el 23 de Mayo de 1994. Hija del español Pablo Sampedro y Ocejo, y de Edelmira Robato y Turró. Su padre, Pablo Sampedro, natural de Matienzo, Cantabria, emigró joven, alrededor de 1880, a Cuba, y se convirtió en propietario de una plantación de caña de azúcar. Su madre, Edelmira Robato, nació en Cuba, de origen asturiano. En el ambiente sagüero se destaca su hermana Doña Ignacia Sampedro esposa de Don Alberto Beguiristain, dueño del Alambique “El Infierno”; Ignacia amó mucho a Sagua, realizando diversas acciones de altruismo que nunca se olvidarán; en sus últimos tiempos se convirtió en una gran historiadora y anticuaria de temas locales. Se comenta que estas hermanas eran muy bellas y atractivas. Edelmira era prima además del brillante intelectual sagüero Don Jorge Mañach.
Doña Edelmira Ignacia Adriana Sampedro y Robato nació en Sagua la Grande, el 15 de Marzo de 1906 y murió en Coral Gables, Florida el 23 de Mayo de 1994. Hija del español Pablo Sampedro y Ocejo, y de Edelmira Robato y Turró. Su padre, Pablo Sampedro, natural de Matienzo, Cantabria, emigró joven, alrededor de 1880, a Cuba, y se convirtió en propietario de una plantación de caña de azúcar. Su madre, Edelmira Robato, nació en Cuba, de origen asturiano. En el ambiente sagüero se destaca su hermana Doña Ignacia Sampedro esposa de Don Alberto Beguiristain, dueño del Alambique “El Infierno”; Ignacia amó mucho a Sagua, realizando diversas acciones de altruismo que nunca se olvidarán; en sus últimos tiempos se convirtió en una gran historiadora y anticuaria de temas locales. Se comenta que estas hermanas eran muy bellas y atractivas. Edelmira era prima además del brillante intelectual sagüero Don Jorge Mañach.
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Doña Edelmira conoció a Alfonso de Borbón y Battenberg, hijo de Alfonso XIII, y que por aquel entonces era Príncipe de Asturias en el Sanatorio Leysin, Suiza, Alfonso estaba recibiendo un tratamiento ya que padecía de hemofília. Contrajeron matrimonio en la Iglesia del Sagrado Corazón de Ouchy, junto a Lausana, el 21 de Junio de 1933. Su marido la describió como una "persona dotada de todas las cualidades para hacerme dichoso". No tuvieron descendencia. Alfonso y Edelmira terminaron divorciándose en La Habana el 8 de Mayo de 1937. Ella le exigió una pensión de 100 dólares mensuales y todos los regalos que había recibido de él. La bella dama cubana mantuvo además su título de Condesa de Covadonga. Muchos años después de la muerte de Alfonso, restaurada la monarquía, se trasladaron los restos de su esposo a España en 1985. A esta ceremonia acudió Edelmira. Fue la única mujer que la Familia Real reconoció como esposa del príncipe, aunque la apodaban "La Puchunga".
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*La Pragmática Sanción de Carlos III regulaba los matrimonios de la Familia Real para no perder los derechos de sucesión al trono.
Doña Edelmira conoció a Alfonso de Borbón y Battenberg, hijo de Alfonso XIII, y que por aquel entonces era Príncipe de Asturias en el Sanatorio Leysin, Suiza, Alfonso estaba recibiendo un tratamiento ya que padecía de hemofília. Contrajeron matrimonio en la Iglesia del Sagrado Corazón de Ouchy, junto a Lausana, el 21 de Junio de 1933. Su marido la describió como una "persona dotada de todas las cualidades para hacerme dichoso". No tuvieron descendencia. Alfonso y Edelmira terminaron divorciándose en La Habana el 8 de Mayo de 1937. Ella le exigió una pensión de 100 dólares mensuales y todos los regalos que había recibido de él. La bella dama cubana mantuvo además su título de Condesa de Covadonga. Muchos años después de la muerte de Alfonso, restaurada la monarquía, se trasladaron los restos de su esposo a España en 1985. A esta ceremonia acudió Edelmira. Fue la única mujer que la Familia Real reconoció como esposa del príncipe, aunque la apodaban "La Puchunga".
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*La Pragmática Sanción de Carlos III regulaba los matrimonios de la Familia Real para no perder los derechos de sucesión al trono.
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